Tornan tus luceros dos soles
iluminando el camino de este ciego,
que con besos despacio recorre
yermo y cabizbajo, tu cuerpo.
Lloran las nubes, y mil vientos
con rugidos y gritos afligidos
en oscuridad ando solo y perdido
sólo un corazón en auxilio,
por amor me siento herido.
Que ni cielo y tierra dejen camino,
que mil senderos ocultos despacio recorra
para llegar en un día a ti, prometido,
con las cicatrices de un hombre,
y con manos abiertas como un niño.
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